2014 no se decide a despegar en lo económico

Según todos los indicios, parece que este año viene con las mismas intenciones que el 2013, es decir, darnos pocas alegrías. Aunque los indicadores económicos de los primeros meses han resultado ser positivos, parece ser que la tónica general será la del crecimiento negativo, ya que las previsiones de los sesudos analistas financieros que salen en la televisión, siempre vestidos de traje y corbata y con raya en un cabello bien peinado y tornasolado, son algo pesimistas. Pero seguro que nosotros podemos hacer algo por remediar la situación.

De entrada, la mejor opción que tenemos es la de ahorrar dinero. Ya sabemos que en ocasiones es una misión imposible, sobre todo porque nuestro sueldo nos da para vivir al día y para pocas alegrías más. Pero hemos de ser conscientes de la importancia de guardar algo de nuestras ganancias para afrontar los tiempos duros que se avecinan. Si hemos de prescindir de algunos caprichos caros hagámoslo. Si este año no cambiamos de móvil no ocurre nada, al igual que si en lugar de comprarnos diez libros adquirimos solamente cinco. Hazte con ropa en rebajas, y si las zapatillas presentan un agujero en la suela aprovecha los saldos y cómprate unas. Por ejemplo, si tu coche necesita una reparación deberías ser capaz de saber buscar en la Red de redes lo que te conviene para repararlo, porque gracias a las búsquedas virtuales esto es enormemente sencillo. Por ejemplo, si vives en Andalucía tienes a mano un buen desguace de coches en granada, pero igual ocurre si vives en otras zonas del país. Se trata de rentabilizar la facilidad del espacio virtual para sorprendernos, que para eso es hijo directo de la tecnología más directa.

Dentro del ámbito de la alimentación no te vamos a pedir que reduzcas comidas o que compres cosas de dudosa procedencia. Pero lo que sí debes hacer es no tirar ningún alimento a la basura. Antes de comprar asegúrate de que los alimentos que tienes en casa tienen buena fecha y no corren peligro de caducarse. Y si este es tu caso confecciona un menú utilizándolos y aprovéchalos. Piensa que otros muchos tienen menos suerte que tú y han de buscar en la basura las sobras que se arrojan a los contenedores.

Acudir al mercado solidario también es una buena acción. Aunque son productos algo más caros que los habituales, la labor social que hacemos adquiriéndolos es enorme. Muchas grandes marcas recurren a tácticas poco lícitas para hacer negocio a toda costa, así que confiar en los alimentos que se ofertan desde la iniciativa popular es una buena fórmula para cooperar en el desarrollo y para despertar tu conciencia. Se trata, como habrás visto, de poner al mal tiempo buena cara y de establecer unas pautas en tu vida diaria para que puedas optimizar tus recursos y ahorrarte problemas, preocupaciones y algunos euros que te van a venir de maravilla si las cosas, al final, terminan torciéndose. Además, en este mundo de tecnología fría y poco solidaria un poco de sentido común nunca viene mal.

 

 

 

 

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