Nuestros hijos deben empaparse con los avances del siglo XXI

Nuestros hijos deben empaparse con los avances del siglo XXI

Para muchos de nosotros ya es tarde, pero es obvio que nuestros hijos lo son también de los tiempos modernos. Y como tal no podemos sustraernos a aprovechar la tecnología en beneficio de nuestros retoños. Que se note que somos consecuentes con el asunto y que hemos asumido que a pesar de que puedan ser muy jóvenes los niños también deben vivir dentro del mundo  futuro.

A ver, antes de comentar lo obvio, lo que todos sabemos, vamos a poner un ejemplo: hoy en día es posible cristalizar las aficiones de nuestros hijos en la pared de su habitación gracias a los vinilos infantiles, hijos de lo que entendemos como avances tecnológicos que a todos nos benefician. En efecto, sin Internet, sin los nuevos escáneres, sin los ordenadores potentes, sería imposible coger una imagen, vectorizarla a una resolución aceptable y ofrecerla en forma de mural para decorar las paredes del dormitorio de nuestros hijos.

Así que date cuenta del verdadero impacto de los nuevos avances tecnológicos: si algo tan básico como lo que te hemos contado puede significar el mejor ejemplo de la tecnología aplicada al mundo infantil, otras cosas más evidentes también lo hacen. Y dado que no nos gusta hablar por hablar, vamos a revisarlas, a ver qué te parecen.

Es obvio que lo primero es lo primero: tus hijos tienen que tener un aparato que les permita estar en contacto con el mundo. Puede ser un móvil, una tableta, un ordenador, lo que sea, pero tus retoños deben estar bien conectados con aquello que hoy en día es considerado como esencial. No podemos convertir a nuestros niños en parias sociales porque de repente leemos por ahí algo que denuncia el uso y abuso de las nuevas tecnologías. De acuerdo, lo segundo no nos lo tendríamos ni que plantear; lo primero es obvio. Por eso lo más correcto es conectar a nuestros niños con la globalización, hacerlo de forma lógica y con supervisión. El miedo no tiene que hacernos perder lo útil que puede ser el mundo virtual para gente que está naciendo a la globalización.

Y por último, no deberíamos perder de vista que aunque nosotros seamos unos carcas nuestros hijos no tienen por qué serlo. Es verdad, la ignorancia en algunos temas no debe hacernos creer que nuestros retoños tengan que ser unos ineptos en el particular. Por eso hay que apostar claramente por un aparato que los ponga en contacto con sus amigos, con apuntes virtuales, con vídeos educativos… Y sí, naturalmente,  con cosas que en un principio nos parecen horribles, como por ejemplo canales de juegos o de conversación que podemos no controlar. Pero teniendo claro cómo debemos gestionar todo esto, sabiendo que los tiempos deben estar tasados y sobre todo, que nuestros hijos no pueden quedarse atrás.

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