Respecto a la interoperabilidad de los cajeros automáticos, Vallcorba expresó que las extracciones gratuitas estarán restringidas a las redes a las que pertenezca el usuario, pero en el caso que un usuario no tenga acceso a la red elegida en su localidad, tendrá derecho a utilizar el cajero que exista sin costo. La ley prevé hasta cinco extracciones de dinero y ocho transferencias sin costo por mes para cada usuario.

La rebaja de IVA de cuatro puntos porcentuales, esto es de 22% a 18%, comenzará a regir el 1° de agosto, pero “el alcance al comienzo va a ser muy limitado porque resta mucha cosa por hacer, por lo pronto, masificar los POS”, dijo Fernández. “En Uruguay queremos masificar algo de un día para otro y no se puede”, indicó el vice de Cambadu que sostiene que uno de los principales problemas son los costos. “Son pocos los comercios que los tienen, autoservice, pero el comercio de cercanía, el bar, el quiosco, esos no y no hay interés en general en colocarlos”, afirmó.

La promoción de la expansión de la red de POS en los comercios determinó un aumento de más del 40% de las empresas que aceptan medios de pagos electrónicos, y la mayoría se ubican en el interior del país, según expresó Vallcorba.

Los incentivos que dará el gobierno también buscan asegurar la expansión de las redes de cajeros automáticos y de corresponsales financieros que podrían ser supermercados, farmacias y redes de pago, por ejemplo. Estas instituciones prestaran servicios “por cuenta y responsabilidad” de bancos, administradoras de crédito, empresas de servicios financieros y casas de cambio “como actividad complementaria a su actividad principal.

“Si nos plateáramos empezar en seis meses habría un problema, pero nos planteamos procesos de dos y tres años. Los avances tecnológicos van a hacer que esto sea mucho más sencillo, no solo para extraer dinero, sino para utilizar tarjeta de débito”, afirmó Vallcorba.

Según Fernández, los comercios barriales “no tienen ningún incentivo” para adquirir las terminales por los costos, y a esto se suma que “todos creen que el público de salarios bajos que llega a sus comercios no va a tener la tarjeta porque son cuentapropistas que a veces no están ni en la formalidad”. “El comienzo será con muchas piedras, y será más problemático en el Interior. Para que se masifique verdaderamente tendrá que pasar un tiempo. En la medida que los vecinos vayan teniendo la tarjeta los comercios se van a ver presionados. Hoy no lo están”, remató Fernández.