La importancia del mantenimiento eléctrico

La importancia del mantenimiento eléctrico

 

La continuidad del servicio de mantenimiento eléctrico es fundamental para el correcto funcionamiento de una subestación y para la reducción de fallas. Y por ello la importancia de que tengan un adecuado plan de mantenimiento que minimice sus costos y maximice su eficiencia.

Es importante tener claro antes de comenzar a diseñar un programa de mantenimiento eléctrico, que cada subestación tiene unas necesidades particulares. Por ello, es importante definir las características de los equipos, de los procesos y de los modos de falla.

Una vez definidos, debe establecerse cada cuánto tiempo es necesario efectuar el mantenimiento eléctrico. Antiguamente era común pensar que era conveniente hacerlo cada seis meses o una vez al año, ahora depende de las estadísticas que evalúan el comportamiento de los equipos y pueden predecir con seguridad qué acciones se deben tomar y cada cuánto tiempo.

El mantenimiento eléctrico es dinámico, ya que una vez diseñado el plan a seguir basta con monitorear la subestación e ir ampliando el programa a partir de las necesidades que surjan y de la vida útil de los equipos. Es cierto que gran parte del equipamiento eléctrico no tiene desgaste y puede funcionar durante muchos años, pero también hay que tener en cuenta la vida útil del equipo para saber cuándo voy a dejar de tener repuestos disponibles y centros de transformación.

Al no contar con un programa de mantenimiento eléctrico, se corre el riesgo de tomar decisiones sin fundamento, que muchas veces desembocan en elevados costes para la compañía y los usuarios. En la actualidad, es cada vez más común realizar este tipo de análisis que permiten al cliente disponer de las herramientas necesarias para justificar decisiones y corregir lo que sea necesario.

En definitiva, los beneficios de llevar a cabo un plan de mantenimiento eléctrico son muy amplios y, aunque en un principio es probable que la inversión sea grande, se recupera en muy corto plazo. Los efectos son inmediatos y se traducen en mayor confiabilidad de la subestación y un mejor funcionamiento del sistema eléctrico.

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